El Senado de la Nación aprobó este jueves en general el proyecto de Boleta Única de Papel, que deberá volver a la Cámara de Diputados para convertirse en ley y empezar a aplicarse en las elecciones del año que viene.

El proyecto, por el que trabajó personalmente el vicejefe de Gabinete del Interior de la Nación, el tucumano Lisandro Catalán, fue aprobado por 39 votos a favor y 30 en contra. Ahora, la Cámara baja tendrá que tratar la propuesta contra reloj para que el nuevo sistema pueda aplicarse en las elecciones de medio término del año próximo. 

El texto aprobado esta tarde establece el uso de una única boleta de papel en la que estará toda la oferta electoral de cada distrito, con los nombres de las agrupaciones y de los candidatos que participan en la elección. Salvo en los distritos que eligen muchos diputados, donde no estarán todos.

El modelo de boleta acordado es similar al que se utiliza en Mendoza, en el que los nombres de las agrupaciones se ubican de manera horizontal en el margen superior de la papeleta y las categorías en juego –presidente y vice, diputados y senadores nacionales–, se despliegan en sentido vertical.

Sin embargo, para poder conseguir el apoyo de los senadores de Río Negro y Misiones, y alcanzar la mayoría absoluta del total de miembros de cada cámara que exige la Constitución para aprobar una reforma electoral, se eliminó el denominado “botón de lista completa”, casillero que, al marcarlo, le permite a un elector apoyar a todos los postulantes de una misma fuerza política.

Voces a favor y en contra

El proyecto fue informado por el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Edgardo Kueider (Unidad Federal-Entre Ríos), quien consideró el cambio de sistema “un salto cualitativo” y dijo que la boleta única “garantiza a todos los ciudadanos el derecho a elegir porque garantiza que en el cuarto oscuro esté presente toda la oferta electoral”, al evitar el robo de boletas en los puntos de votación.

“Todos los partidos políticos compiten en igualdad de condiciones, tiene el mismo espacio en la boleta para que pueda ser identificado”, agregó Kueider, quien destacó que la BUP trae aparejado un “ahorro económico”, ya que terminará con la inflación de ofertas electorales, sobre todo en las primarias, interesadas por acceder a los fondos del Estado para financiar la impresión de sus papeletas, consignó el diario La Nación. 

El radicalismo también apoyó el cambio de instrumento electoral. “Espero que le demos a la Argentina esto que es un paso más en la mejora de la representatividad política y esperemos que ya no tengamos que escuchar nunca más en la noche de un domingo electoral ‘me robaron boletas’ o ‘faltan boletas’”, afirmó Mariana Juri (Mendoza), una de las senadoras que más trabajó para conseguir el acuerdo que finalmente permitió destrabar el tratamiento. “Esta iniciativa es esencial para el fortalecimiento de la democracia”, se sumó Maximiliano Abad (UCR-Buenos Aires), quien destacó que la boleta única “es más transparente, más equitativa, más simple, más austera y más económica y ambientalmente sustentable”.

El kirchnerismo se opuso con firmeza al cambio de boleta electoral. “Es un sistema de oscurantismo, de ocultamiento”, denunció Daniel Bensusán (La Pampa). “Van a estar ocultos narcotraficantes, delincuentes porque en las boletas no van a estar sus nombres, sino que van a estar en afiches en las paredes” del cuarto oscuro. “Hoy se quiere cambiar lo único que anda bien en el país, que es el régimen electoral; quieren destruir el Estado de Derecho y comienzan modificando nuestro régimen electoral”, denunció Florencia López (La Rioja).